En el cambio de siglo la dominante metafísica de la cultura altobarroca, con su componente dramático, se ve desplazada por el impacto de la nueva ciencia y su epistemología inductiva, que devuelve a lo mundano su dimensión de realidad. En los versos de Lobo y en su práctica editorial se manifiesta el modo en que la poética se ajusta al nuevo modelo epistémico, invirtiendo las pretensiones de trascendencia propias del paradigma de la lírica anterior. Se propone un acercamiento a este giro y su relación con la poética bajobarroca en la lectura de los sonetos recogidos en el primer apartado de la edición definitiva de sus Obras poéticas líricas (1738), donde se conjugan diferentes modulaciones del desengaño que podemos considerar sintomáticas de una visión del mundo y de la poesía desplegada entre las décadas finales del siglo XVII y el ecuador del siguiente.