Definimos el teatro independiente como un modo de producir y deconcebir el teatro que pretendió renovar la escena nacional de tres maneras: se diferenciódel teatro que ponía los objetivos económicos por delante de los artísticos;se propuso realizar un teatro de alta calidad estética, y careció de fines lucrativos.En este sentido, se constituyó como una práctica colectiva y contestataria —dadoque se opuso al statu quo del teatro de aquellos años e impulsó una organizaciónanticapitalista—, pero también heterogénea, ya que se mostró como un enraizadocomplejo y rico en su diversidad.Para realizar un teatro de alta calidad estética, cada grupo eligió distintas obras.Pero, más allá de esta heterogeneidad, hubo varios dramaturgos argentinos quefueron llevados a escena en los teatros independientes. Algunos de ellos fueronRoberto Arlt, Ezequiel Martínez Estrada, Nicolás Olivari, Eduardo González Lanuza,Álvaro Yunque, Raúl Larra, Roberto Mariani, Pablo Palant, Bernardo GonzálezArrili, Octavio Rivas Rooney, Horacio Rega Molina, Álvaro Sol, AlejandroBerruti, Nemesio Trejo, Enrique Agilda, Rodolfo González Pacheco, Luis Ordaz yMarcos Victoria, entre otros. A partir de esta lista podemos advertir que, a excepciónde algunos nombres muy conocidos, estos autores no fueron rigurosamenteestudiados.En el presente trabajo, nos centraremos en Enrique Agilda y en su obra El clamor,estrenada por el Teatro Juan B. Justo en 1935. Optamos por esta pieza porqueentendemos que se encuadra dentro de aquellas realizadas por escritores quefueron marginales por oponerse a los discursos hegemónicos del poder político.