En Antígona furiosa (1986), de Griselda Gambaro, sepresenta en escena a Antígona, la clásica heroína tebana, como unalma en pena porque ha muerto y lo único que puede hacer esrecordar a los «sin sepultura». En esta alegoría contemporánea, sesuperponen las voces de la tragedia clásica con la realidad vivida enla Argentina durante la última dictadura militar (1976-1983). Laobra se escribe con el objetivo de darles una voz a los silenciados porel terrorismo de Estado, y enfrentar, desde la palabra, a Antínoo—el pueblo temeroso y cómplice— y a Corifeo —el dictador—con las víctimas. De esta manera, el mito clásico recontextualizadoaloja la memoria cíclica y plañidera de las Madres y Abuelas dePlaza de Mayo y de la sociedad que reclama justicia y dice «nuncamás». El presente trabajo tiene el objetivo de analizar cómo,desde el empleo del mecanismo del recuerdo, el texto originalse deconstruye en la versión local para construir la memoria denuestro país.