Leonardo Graná
Luego de la publicación en 2019 de la novela Cometierra, la autora Dolores Reyes fue prontamente posicionada por la crítica como una interlocutora más en el campo literario actual en el que una generación de escritoras (Gabriela Cabezón Cámara, Selva Almada, Samanta Schweblin, Mariana Enríquez) logró positivamente liderar una discusión acerca de géneros literarios, vocabularios estéticos y categorías imaginarias. En 2023, Dolores Reyes publicó la novela Miseria, continuación de Cometierra, con la que profundizó tanto su poética narrativa como su voz en el campo literario. El objetivo de este texto es leer Cometierra como una novela en la que la violencia contra las mujeres y la resiliencia configuran la trama básica de la ficción, en la que el sentido común y el contrasentido común permiten visibilizar la red exactiva de lo femenino. Para iluminar esto, articularemos el concepto de resiliencia con las categorías polarizadoras de los géneros históricos, donde los cuidados, la memoria, el valor de la tierra y el arraigo pueden ser formas de resistencia de lo humano, en tanto prácticas desencializadas pero no pasteurizadas.
After the publication of the novel Cometierra in 2019, the author Dolores Reyes was quickly positioned by critics as another interlocutor in the current literary field in which a generation of writers (Gabriela Cabezón Cámara, Selva Almada, Samanta Schweblin, Mariana Enríquez) managed to positively lead a discussion about literary genres, aesthetic vocabularies and imaginary categories. In 2023, Dolores Reyes published the novel Miseria, a continuation of Cometierra, with which she deepened both her poetic narrative and her voice in the literary field. The objective of this paper is to read Cometierra as a novel in which violence against women and resilience configure the basic plot of fiction, in which common sense and countercommon sense make visible the exactive network of the feminine. To illuminate this, we will articulate the concept of resilience with the polarizing categories of historical genres, where care, memory, the value of the land and rootedness can be forms of human resistance, in so many de-essentialized but not pasteurized practices.