En la última novela de Sara Mesa, La familia (2022), nos enfrentamos a una original reflexión sobre esa vieja institución, decidida a sacar a la luz la tensión que se oculta bajo la calma y normalidad aparentes: un enjambre de asfixiantes relaciones, provocadas por la peculiar personalidad del padre y su actitud despótica y autoritaria. No obstante, contra todo pronóstico, la familia descrita por Sara Mesa no encaja exactamente en ese estereotipo tradicional y patriarcal tan cuestionado enla actualidad, sino que responde a unproyecto laico, liberal y progresista, pero de alguna manera anacrónico, trasnochado e ineficazmente proselitista, que constriñe la realización individual de cada uno de sus miembros. Técnicamente la novela se vale de eficaces estrategias de fragmentación, perspectivismo y elipsis, en aras de ofrecer una imagen poliédrica y problemática, capaz de rehuir cualquier lectura de fácil maniqueísmo o corrección política