En 2021, en un acto muy publicitado, un grupo de manifestantes de izquierda escribió “basta de polenta” con polenta frente al Ministerio de Desarrollo Social argentino. Ridiculizando la política paternalista del gobierno de repartir comida gratis a los más necesitados, la performance se convirtió más tarde en una broma política viral. Como noticia o como meme, fue ampliamente consumida y comentada a través de redes sociales. Indignación y risas siguieron a las reflexiones sobre la moralización de la pobreza por parte del Estado y las antiguas promesas electorales de promover el consumo de carne roja entre las familias de bajos ingresos. En este sentido, los chistes y las ironías desafiaron la “economía moral” promovida por el gobierno del Frente de Todos. No sólo la imagen de los pobres creada por el Estado, sino también uno de sus pánicos morales, los saqueos, fueron ridiculizados por los chistes de polenta
In 2021 a group of left-wing protesters wrote “basta de polenta” in letters made of the eponymous grain in front of the Argentine Ministry of Social Development (Minis-terio de Desarrollo Social). Ridiculing the government’s paternalistic policy of distributing superfluous free food to the needy became a viral political joke. As news or as a meme, it was largely consumed and commented on through social networks. Indignation and laughter preceded reflections on the state’s moralization of poverty and previous electoral promises to promote red meat consumption among low-income families. Jokes and ironies challenged the “moral economy” promoted by the Frente de Todos (“Everyone’s Front”) government. A state-created image of the poor and one of the government’s moral panics, looting, were ridiculed through polenta jokes. In this way, political and moral practices in relation to crises of consumption were transformed into the consumption of jokes, at the same time that as a right-wing electorate grew