En varias ocasiones, Emilia Pardo Bazán usó cuentos sobre temas criminales para explorar los efectos que tienen el sentimiento de culpa o la amenaza de la violencia en los hombres. Además de ser cuentos de suspense bien elaborados, desarrollan un retrato sorprendentemente moderno de la relación entre la pérdida de control, el miedo y la identidad masculina. En estos casos la autora responde a los debates de su época en cuanto a la definición de la masculinidad y muestra una perspectiva muy personal sobre la relación entre el comportamiento individual y las expectativas de la sociedad que lo rodea.