La poesía cómica de Quevedo, bien satírica o bien burlesca, representa una parte fundamental de su producción poética. A pesar de que este tipo de poesía fue menospreciada por los teóricos y los estudiosos, Quevedo y sus contemporáneos fueron conscientes de su importancia como género poético. Por esta razón, don Francisco sometió a su poesía satírico burlesca a un proceso de reescritura semejante al que sufrió el resto de su producción literaria. En este artículo se analiza este proceso de reescritura en un soneto satírico dedicado a una mujer vieja a la que se caricaturiza de una manera hiperbólica.