Gabriela Rodríguez Lebrón
Este artículo examina el sufrimiento amoroso en la poesía de Garcilaso de la Vega mediante el concepto aristotélico del alma vegetativa. Se explora la relación entre los amantes y los árboles en el proceso de la creación lírica. Si bien esta relación perpetúa el lamento amoroso, en el canto amebeo de la Égloga III cesa tal llanto cíclico una vez que los pastores aluden a los árboles como símbolos dentro de sus composiciones poéticas. Como alternativas para la producción lírica, Garcilaso propone la selección de una amada posible en el plano terrenal y la exaltación conceptual de la belleza neoplatónica.
This article examines amorous lament through the relationship between lovers and trees in Garcilaso de la Vega’s poetry. It proposes that the poet employs the Aristotelian concept of the vegetative soul as a paradigm for poetic production: the lover feeds the tree or beloved through his sung lament. Nonetheless, in the Third Eclogue’s canto amebeo, the cyclical lament—arising from the beloved’s corporeal absence and aspereza—culminates as the shepherds reconceive the trees as symbols by allusion in their song. Garcilaso proposes choosing possible, earthly beloveds and exalting Neoplatonic beauty as alternatives for lyric production.