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La observación que ejercen los personajes de la obra de Henri Bosco se ve favorecida por su personalidad solitaria y silenciosa. Un narrador en primera persona se aventura, a través de los espacios abiertos de la naturaleza o de otros más reducidos y cerrados, para acercar al lector las distintas perspectivas que ofrecen esos espacios y el magnetismo con que polarizan su atención. Todo el universo poético de Bosco, tan marcado por los paisajes de su infancia, se hace evidente en las abundantes y ricas descripciones espaciales que jalonan su narrativa.
El estudio de dos de sus relatos L’Enfant et la rivière, centrado en las aguas del río Durance, y L’Habitant de Sivergues, con la montaña del Luberon como trasfondo, permiten una nueva aproximación al escritor, a sus personajes y al espacio privilegiado desde, o hacia, donde dirige su actividad observadora.
The way in which Henri Bosco’s characters observe the world is reflected by their solitary, silent nature. A narrator in the first person ventures out across the open spaces of nature or through other more confined places bringing the reader closer to the different perspectives which such locations offer and drawing us in with their magnetism. Bosco’s poetic universe, so marked by the landscapes of his childhood, becomes clear from the numerous, evocative descriptions of the places which enrich his narrative. The study of two of his novels L’Enfant et la riviére, set around the River Durance, and L’Habitant de Sivergues, with Mount Luberon as background, allows a new approximation to the writer, to his characters and to the privileged space, from which or to which the author makes his observations.
