El lenguaje científico emplea para conformar su caudal léxico diversos recursos que pueden clasificarse en dos grandes bloques: adopción de palabras procedentes de otros ámbitos léxicos, sean o no de la misma lengua, frente a creación de términos por medio de mecanismos lexicogenésicos. Esos procedimientos empleados por el vocabulario científico muestran un claro paralelismo con los propios del léxico común, pero no una identidad absoluta, ya que, aunque son los mismos en ambos planos, se constatan divergencias respecto a su productividad y, sobre todo, al tipo de unidades que les sirven de base.