En este artículo se estudian los nombres que aparecen en la novela Romanticismo de M. Longares con el objeto de establecer, si es posible, una vinculación entre ciertas denominaciones onomásticas y la pertenencia a una clase de elevado nivel económico o trabajadora.
De manera aislada e individual no parece que se dé una conexión entre ideología y onomástica, pero el análisis conjunto de todos los nombre y la reiteración casi obsesiva de determinados fenómenos (hipocorísticos, empleo de nombre y apellido por sistema, sintagmas rítmicos, adopción del apellido del cónyuge, estructuras silábicas oxítonas) sí permiten determinar un paralelismo entre la pertenencia a clases sociales altas -y, en esta novela, ideológicamente conservadoras- y clases bajas (carentes de dichos fenómenos).