El presente artículo trata de los procesos de la lectura femenina. Las mujeres siempre han leído como los hombres, sin darse cuenta de tal actitud. Leer como una mujer no ha de tener lugar necesariamente cuando la mujer lee: las mujeres leen, y siempre han leído, del mismo modo que los hombres. Está claro, empero, que la experiencia de las mujeres las conduciría a valorar las obras literarias de manera diferente de sus colegas masculinos.
Tomar conciencia es poder, lo que implica que las mujeres han de darse cuenta de que están presas en un sistema masculino de valores. Por lo tanto, la primera tarea de la crítica feminista es hacerse a resisting reader, una lectora que sea capaz de deshacerse de la visión masculina. Sólo entonces se hará factible una revisión de la obra literaria. En el artículo se dan ejemplos de este nuevo punto de vista, tratando un cuento de hadas, la novela sentimental española del siglo quince, y una novela femenina de los años cuarenta del siglo pasado.