Camino de Perdición bien puede considerarse una nueva lectura contemporánea de la Odisea. Los nombres de algunos personajes y varios episodios nos remiten explícitamente al mencionado poema homérico. A ello hay que añadir la peripecia vital del protagonista Odollo, un Odiseo paródico perdido en el laberinto de su desconcierto existencial y obligado a descender a los infiernos (las entrañas tenebrosas de la España de los años cincuenta) para rescatar a un compañero extraviado y abismarse, de paso, en el pozo de su propia desolación. EL mito clásico en un ingrediente de más de esa "realidad metafórica" que Luis Mateo Díez considera esencial en su narrativa, y confiere a sus personajes una aureola de dignidad épica que los eleva a la condición de "héroes del fracaso".