Arturo C. Flores
Como el título lo señala, el articulo es producto de lecturas convenientemente anotadas de algunas novelas chilenas escritas en la década de 1990. Alejándose de los discursos testimoniales -ordenados en tomo a un "yo"- que daban cuenta de los acontecimientos que terminaron con el gobierno de la Unidad Popular en Chile, en las novelas de esta década llama la atención la preocupación de los autores por privilegiar dos elementos. Primero, una región geográfica del país y, segundo; determinados acontecimientos históricos que sirven de base a la ficción. El aspecto histórico donde descansa lo ficticio corresponde, en algunos casos, a lo que no se encuentra registrado en el discurso histórico oficial. Dado a lo anterior, las novelas muchas veces contienen no solamente una fuerte ironía sino también una clara y abierta denuncia.