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El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías se considera obra "culminante" en la trayectoria literaria de Federico García Lorca principalmente por su "conformismo" y "formalismo". El aspecto conformista del poema funerario se ha comprobado en las varias convenciones que incorpora de la tradición pastoril de la elegía y en la fusión de las tendencias "neopopularista" y "vanguardista" del poeta granadino. El "formalismo" del Llanto se identifica con su estructuración arquitectónica o sinfónica (musical). Más allá de sus propiedades explícitamente líricas este estudio enfoca los aspectos architextual y transgenérico del poema lorquiano, con explícito fin de resaltar sus tendencias teatrales y, así, confirmando el impulso "experimentalista" de García Lorca hacia el "espectáculo total." El estudio de los aspectos architextual y transgenérico del poema lorquiano persupone una consideración tanto del texto escrito como del "espectacular" (paratextual). La dimensión explícitamente "representacional" del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías es perfectamente confirmable al equiparar su técnica teatral con la de otros dramas propiamente formales de Lorca, junto con los varios intentos que ha habido de "re-presentar" el poema en adaptaciones al canto y al baile flamentos, al ballet, a la pintura, y, desde luego, al teatro formal. El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías constitiuye, en fin, una "culminación" de las capacidades creativas de Federico García Lorca, mas allá de una mera unión de los supuestos rostros "neopopular" y "vanguardista" del poeta granadino, dado que aquí se levanta el Lorca experimentalista por antonomasia y en cuya íntegra personalidad creadora se funden en perfecta armonía el autor / actor, director / músico, cantante / recitante / coreógrafo
