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En este estudio la cuestión de la imagen de la mujer se aborda a través del análisis de la reelaboración de un motivo de la caracterización femenina, típico de los cuentos de hadas - el hada buena contrapuesta a la madre malévola - en Caperucita en Manhattan, La reina de las nieves (Carmen Martín Gaite) y El mismo mar de todos los veranos (Esther Tusquets). Al servirse de este modelo de caracterización, Tusquets y Martín Gaite parecen fomentar, a primera vista, la imagen estereotipada de la mujer que se valora sólo en su calidad, supuestamente esencial, de madre. Sin embargo, ambas escritoras acuden a esta convención de los cuentos de hadas para poner en tela de juicio la imagen femenina construida a base de las expectativas occidentales. Por lo tanto, en estas novelas redefinen el significado de los términos del binomio hada buena / madre perversa. Las mujeres del primer término se elogian, no porque desempeñen papeles predeterminados y supuestamente femeninos sino porque se mantienen al margen de las expectativas y animan a los protagonistas a que las subviertan también
