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Julio Enrique Checa Puerta 
Una mirada atenta a los textos que han salido al mercado desde 1998 puede hacernos considerar la importancia que tiene para el teatro español actual el esfuerzo realizado desde diversos ámbitos editoriales gracias a la publicación de obras aparecidas en colecciones teatrales, revistas especializadas y ediciones críticas. Como ha ocurrido con el teatro de principios de siglo, el estudio de las colecciones de textos dramáticos ofrece muchas de las claves del teatro escrito y representado durante este periodo. Por este motivo, parece interesante llevar a cabo un análisis de las últimas ediciones de textos teatrales en lengua castellana, pues muestran con claridad meridiana la existencia de varias promociones de autores y dramaturgos que enriquecen día a día la escena española contemporánea y llaman la atención sobre la curiosidad que su trabajo despierta dentro y fuera del país. En este sentido, los criterios editoriales de este momento denotan el interés por algunos autores que triunfaron en la escena de los años 80 y la creciente presencia de autoras dramáticas, así como una marcada tendencia hacia el teatro histórico. Por otro lado, también se puede observar cómo los estudios teatrales realizados durante los últimos años valoran los textos y su representación, aspectos sobre los que inciden extensas y documentadas introducciones realizadas por profesores y críticos. De todos estos volúmenes se infiere con claridad la destacada presencia de algunos autores -Ramón María del Valle-Inclán, Federico García Lorca, Antonio Buero Vallejo, Fernando Arrabal y Antonio Gala- y, en el lado opuesto, la desaparición de otros -José María Pemán, Torcuato Luca de Tena o Edgar Neville. Además, es preciso significar la ausencia difícilmente justificable de las obras completas de muchos de los autores consagrados, lo cual supone una evidente nota negativa en medio de una escena española contemporánea que, en líneas generales, invita a un modelo
