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Agustín Carrasco
Todas las personas tenemos actitudes ante las lenguas y las variedades que éstas presentan y, aunque no lo pretendemos, las manifestamos a diario. La escuela tiene la obligación de hacer visibles las actitudes lingüísticas que habitan en ella y modificar los estereotipos y creencias existentes mediante la reflexión, el análisis crítico, la información y la formación. Las lenguas, como hechos de cultura, representan modos diferentes de ver la realidad y aportan una riqueza que ayuda al crecimiento humano de los individuos, y la institución escolar tiene la obligación de facilitar y favorecer dicho crecimiento
