En La Hora de todos y la Fortuna con seso, Quevedo parodia a los dioses del Olimpo y los transforma en personajes del hampa. El análisis léxico de unos fragmentos muestra que esta parodia se construye, fundamentalmente, mediante la acumulación de vulgarismos, la ruptura de frases hechas y la gran profusión de vocabulario germanesco. Todo ello resalta aún más en contraste con los cultismos, latinismos, tecnicismos y neologismos que se utilizan.