James Iffland
El ensayo explora los diferentes modos en que la práctica de la anotación filológica es afectada adversamente por el marco institucional en el que ésta se lleva a cabo. Basándose en el escrutinio de numerosas ediciones del Buscón, el autor sugiere que los filólogos a menudo no tienen una idea clara del tipo de lector para el cual están anotando, lo cual los lleva a aplicar criterios inconsistentes en su comentario textual. A continuación el autor sugiere estrategias para hacer la anotación filológica más útil para sus lectores.