El presente artículo es una aproximación reflexiva a lo que supone e implica la destreza escrita en el aula tanto para los profesores como para los estudiantes. Se aborda la distinción entre ¿expresión escrita¿ y ¿composición escrita¿, y se defiende la necesidad de equilibrar ambos modos de hacer en el aula para, poco a poco, conseguir de los estudiantes el máximo de eficacia con los textos escritos. Por último, se incide en la importancia de entretejer necesidades, motivación, responsabilidad y "emociones".