José Miguel Domínguez Leal
El término macarrónico, que hoy en día utilizamos para referirnos a un lenguaje defectuoso, mal aprendido («latín macarrónico, inglés macarrónico»), tiene su origen en un tipo de poesía humanista que, en una mezcla híbrida de latín y dialecto italiano, ridiculizaba las andanzas de una secta dedicada a devorar macaroni y desfogar su lujuria con prostitutas de tres al cuarto. La poesía macarrónica tuvo un considerable éxito en España, y adelantó el tratamiento de temas y recursos luego desarrollados por la picaresca