En este artículo trato de demostrar cómo mi hipótesis de que que Garcilaso podía estar jugando, en su soneto xxviii, con la sílaba "sa" del apellido de doña beatriz de Sá, se confirma en el soneto 135 de Góngora, poema en el que el poeta cordobés, también con la sílaba "sa" de sus rimas, evoca a doña Guiomar de Sá.