La figura de Nipho refleja unos caracteres peculiares en la España de la Ilustración. Periodista, dramaturgo, teórico del teatro marca una evolución estética e ideológica que parte de un neoclasicismo moderado para concluir en una estética tradicional y casticista. Su interpretación de la figura de Calderón refleja a las claras esta evolución, en la que se incluyen censuras a los excesos barrocos, a la defensa a ultranza de su estética y del auto sacramental. Se utiliza la figura de Nipho como un referente de la polémica sobre el teatro barroco y en particular sobre la obra de Calderón en la que se fueron integrando personajes destacados de ambas tendencias. Los casticistas (Carrillo, Erauso y Zabaleta, Dons, Romea y Tapia, Cruz y por supuesto Nipho) frente al bando reformista de Nassarre, Montiano y Luyando, Fernández de Mora-tín... Calderón, un estilo y una ideología, fue campo de batalla estético e ideológico.