El artículo propone una lectura del proceso de composición de la ópera La ciudad ausente (1995) escrita en colaboración entre Ricardo Piglia y Gerardo Gandini, que enfoca la escritura del texto operístico con algunas incursiones en los materiales musicales. El manuscrito del libreto, conservado en el diario del escritor, revela aspectos que permiten teorizar sobre la reescritura puesto que los documentos de los materiales pre-textuales de la novela homónima se convierten en el soporte intelectual de este proyecto creativo. Para el trabajo en colaboración, los autores escogieron los núcleos melodramáticos de las micronovelas que componen La ciudad ausente (1992), dotándolos de una fuerza expresiva que no había alcanzado la novela por motivaciones de índole estética. Esta forma de intra/intertextualidad se observa también en la génesis musical, ya que Gandini incorporó a sus composiciones fragmentos de sus obras anteriores, varias de las cuales derivan de sus diarios, editados parcialmente en su Antología personal para piano.