Los manuscritos de Alejandra Pizarnik (1936-1972) revelan una delectación veleidosa ante los objetos de papelería pero también dejan constancia de otro tipo de utilización del papel. A su uso como soporte de la escritura y como materia prima de otras figuras se agrega un uso menos literal pero en cierto modo más palpable, puesto que incide ¿y deja huellas¿ en el proceso creador. Así, si la metonimia del papel está implícitamente presente en construcciones imaginarias como « la casa del lenguaje » ; la « casa de citas » o el célebre Palais du vocabulaire, este soporte de la escritura también se filtra en la génesis textual. En efecto, los cuadernos de notas y de citas que integran los archivos Pizarnik del Departamento de Manuscritos la Universidad de Princeton permiten ver con bastante claridad la manera en que la autora construye sus textos a partir del diálogo con los papeles preexistentes, propios y ajenos.