El presente artículo analiza la representación y función de la mujer en la primera parte del Quijote (1605), centrándose en los personajes de Marcela, Aldonza Lorenzo, Dorotea y Camila. Los personajes femeninos que atraviesan la ficción cervantina y entran en diálogo con el Quijote, lo hacen en varios casos desde una posición transgresora, pero no solo a un nivel social o de costumbres de la época sino, también, a un nivel narrativo. El artificio cervantino de llevar a extremos la trasgresión femenina, como en la novela del Curioso Impertinente o la historia de Marcela y Grisóstomo, ocasiona que las narraciones, pertenecientes a géneros de la época como la novela italiana o la pastoral, desvelen sus propios artificios narrativos y sus encubrimientos ideológicos. Así, la importancia de dichos personajes femeninos no solo radica en su relación con las aventuras o la psique del personaje principal sino, además, en su capacidad deconstructiva de los géneros narrativos que influyen en la obra de Cervantes.