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En la reflexión Benjaminiana sobre el Trauerspiel alemán de se puede observar una reiterada alusión al dramaturgo español Calderón de La barca. Según Benjamin, es en la obra de Calderón donde se encuentra el arquetipo de no sólo,lo que más tarde será el "drama de luto" como drama barroco alemán por excelencia, sino de una nueva concepción estética que entronca directamente con nuevas estribaciones del pensamiento occidental. El paso del símbolo a la alegoría, del Renacimiento al Barroco, del concepto de Antigüedad al de Modernidad, tiene en dichas manifestaciones teatrales su germen. Esto es lo que en este artículo se pretende ilustrar, ese tránsito a partir de la noción estética porpuesta por Walter Benjamin y el dramatis personae de "la vida es sueño", desde diversos puntos de conexión que evidencian la interrelación entre la representación artística y el quicio de la Modernidad.
