Partiendo de la publicación del Guzmán, en 1599, y especialmente de la segunda parte de esta obra, en 1604, se ofrece una amplia panorámica editorial de la narrativa castellana coetánea a la publicación de las obras de Cervantes, basada: a) en los datos obtenidos en documentos publicados e inéditos, entre los últimos el registro de los privilegios de edición concedidos por el rey a autores y editores, y b) el examen de ejemplares hasta ahora poco conocidos. Con ello se aclaran aspectos de interés relativos a la edición y al consumo del citado género en los primeros años del siglo XVII.