En este artículo se presenta una propuesta de análisis de cómo se construye el sentido en una expresión semánticamente impersonal. Con ello se intenta explicar, mediante la teoría de espacios mentales integrados y una posterior incorporación de factores pragmáticos (de la enunciación), qué sentido puede tener la segunda persona del singular cuando se usa de manera impersonal. Se ve que aunque hay un sujeto morfológico claro, la referencia prototípica de éste se anula y se elabora un sentido nuevo en la enunciación para, así, obtener un sentido final. La incorporación de manera esquemática de la problemática enunciativa al análisis permite detectar con más detalle quién es este "tú" impersonal.