Javier Marías utiliza su relación personal con el escritor Aliocha Coll para mostrar cómo puede tratarse lo autobiográfico en la ficción. Para ello se vale de tres géneros distintos (el artículo, el cuento y la novela) y en ellos va transformando al escritor, a la persona, en personaje, quizá porque su destino era, por encima de todo, ser de ficción.