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En L'anarquista nu, novela epistolar publicada por Lluís Fernàndez en 1979, los corresponsales comparten sus experiencias sexuales con Aureli Santonja, anarquista gay exiliado en Amsterdam. Como representación ficticia de la subcultura gay en Valencia, la novela ofrece una visión ambivalente de los años tempranos de la liberación gay después de la muerte de Franco. Mientras que los personajes expresan su homosexualidad con franqueza y libertad, su conceptualización de la sexualidad muestra la dificultad de superar la construcción homofóbica de la sexualidad heredada del régimen franquista. Este ensayo examina la representación novelística de la disidencia sexual como una forma de revolución anárquica. Al mostrar la incapacidad de la disidencia sexual para desmantelar las estructuras psíquicas que rigen el deseo, la novela ofrece una crítica persuasiva de los límites de las prácticas sexuales revolucionarias para subvertir la construcción ideológica de la homosexualidad como un deseo estigmatizado. El ensayo termina arguyendo que el texto de Fernàndez cuestiona la ambivalencia hacia la identidad sexual como estrategia de liberación � que otros críticos han entendido como una postura queer � ya que dicha ambivalencia continúa influyendo en la construcción de las sexualidades gay y lesbiana en la España contemporánea.
En L'anarquista nu, novela epistolar publicada por Lluís Fernàndez en 1979, los corresponsales comparten sus experiencias sexuales con Aureli Santonja, anarquista gay exiliado en Amsterdam. Como representación ficticia de la subcultura gay en Valencia, la novela ofrece una visión ambivalente de los años tempranos de la liberación gay después de la muerte de Franco. Mientras que los personajes expresan su homosexualidad con franqueza y libertad, su conceptualización de la sexualidad muestra la dificultad de superar la construcción homofóbica de la sexualidad heredada del régimen franquista. Este ensayo examina la representación novelística de la disidencia sexual como una forma de revolución anárquica. Al mostrar la incapacidad de la disidencia sexual para desmantelar las estructuras psíquicas que rigen el deseo, la novela ofrece una crítica persuasiva de los límites de las prácticas sexuales revolucionarias para subvertir la construcción ideológica de la homosexualidad como un deseo estigmatizado. El ensayo termina arguyendo que el texto de Fernàndez cuestiona la ambivalencia hacia la identidad sexual como estrategia de liberación � que otros críticos han entendido como una postura queer � ya que dicha ambivalencia continúa influyendo en la construcción de las sexualidades gay y lesbiana en la España contemporánea.
