Es de conocimiento común el interés mostrado por los analistas del discurso hacia el estudio de diversos géneros discursivos -orales y escritos-, entendidos estos como acontecimientos comunicativos en los que el lenguaje (y/ o paralenguaje) desempeñan un papel primordial. En este empeño se han realizado numerosísimos estudios que se han centrado tanto en géneros orales, como escritos, de modo que hoy contamos con una extensa bibliografía que nos pone en conocimientos de las propiedades lingüístico-discursivas de géneros propios como la conversación, la interacción médico-paciente, el debate, la entrevista, los mítines políticos, etc. Sin embargo, y a pesar de que la mayoría de los estudios teóricos que se han preocupado del propio concepto de género (Van Dijk, 1983; Loureda, 2003) y de la elaboración de un catálogo de los mismo, mencionan como género discursivo o tipo de texto el sermón o la homilía, carecemos, aún hoy, de un análisis que dé cuenta de las propiedades discursivas de la misma. Esta carencia se hace especialmente llamativa cuando comparamos, por un lado, la cantidad de bibliografía suscitada por el discurso de la política, discurso -como el homilético- claramente ideologizado, y, por el otro, la igualmente abrumadora bibliografía en torno al discurso religioso -especialmente el de nuestro Siglo de Oro- desde el punto de vista de la Retórica. En resumen, la homilía, desde la perspectiva que la examinamos, esto es, desde el Análisis del discurso, no es más que un discurso oralizado en el que tiene cabida la relación que se establece entre los distintos elementos del hecho comunicativo en el lenguaje hablado. Desde este prisma, entonces, pretendemos abordar el análisis de este género.