La trascendencia de la ortografía para la regulación de la norma y para la transmisión del significado en la práctica escrita se erige como un elemento fundamental a través de un código regulador fuertemente establecido y cerrado.
La consideración de esta materia desde una perspectiva cognitiva permite identificar los errores que suceden en el procesamiento léxico y adoptar las medidas didácticas oportunas para operativizar el conocimiento ortográfico en el aula de ELE y producir con ello un código escrito sin ambigüedades, con el fin de conseguir una comunicación más eficaz.