La primera aventura de don Quijote, el combate con el vizcaíno, y la última, en que conoce al Oidor, versan sobre «caballeros» que parten a Indias. La antítesis de don Quijote es el leguleyo que zarpa a la audiencia de Nueva España, tipo del caballero que medra durante la privacía de Lerma, a vuelta del XVI. Escucha «casos» y hace «negocios». Con él pasan a América el inesperado novio de su hija, heredero de un título, y la «historia» del «humor extraño» del manchego, transmitida por el cura que halla manuscritos anónimos. El cauto proceder del Oidor contrasta con las abiertas proclamas de don Quijote: una clave para que los habitantes del imperio leyeran el Quijote en el contexto bicostero España/Indias.