Carmen L. Torres-Robles
Para los emigrantes puertorriqueños en los Estados Unidos tanto de la primera generación como de las generaciones posteriores, la comida ha sido un elemento eslabonador con sus raíces culturales. Consumir productos y alimentos típicos de la dieta puertorriqueña en su nueva ubicación geográfica se convierte simbólicamente en una reafirmación de la identidad étnica. Aunque para muchos puertorriqueños de la segunda y tercera generación, el idioma no constituye necesariamente su forma de definir su puertorriqueñidad, el consumo de la comida típica puertorriqueña en su nuevo espacio constituye un modo de mantener su conexión cultural con la Isla y su puertorriqueñidad. Ello puede verse en las obras de escritores y escritoras de la diáspora puertorriqueña, tales como Nicholasa Mohr, Esmeralda Santiago, David Hernández, Tato Laviera, Luz María Umpierre, Sandra María Esteves, Aurora Levins Morales, Judith Ortiz Cofer y Víctor Hernández Cruz.