La identidad extremeña en la encrucijada del siglo XX. Abogando por « un regionalismo integrado » Mientras que al iniciarse el siglo XX, algunas regiones � principalmente Cataluña y el País Vasco - se afanan por reivindicar sus particularismos y demostrar que se distinguen de Castilla, encarnación del poder central, Extremadura, mediante la revista cultural de referencia en aquella época - La Revista de Extremadura - toma una postura rotundamente diferente. Al exaltar el patrimonio sea cual sea su forma, la publicación aspira a que el poder central reconozca que, desde siempre, Extremadura ha obrado a favor de la construcción del edificio nacional, y que por ser así, no se puede comprender ni admitir el aislamiento de que es víctima ni el estado de abandono en que yace.
Marginalizada de hecho, mientras forma parte, desde el punto de vista geográfico, de un centro del que se siente históricamente constitutiva, Extremadura mantiene una relación dual y un complejo para con Madrid, centro político y administrativo. Bien se ve que cuando lo político se cruza con lo cultural, surge el debate de la construcción de la identidad nacional que podría hacer posible la regeneración de la patria, se trate de la grande o de la chica
The extrémègne identity at the turn of the twentieth century. For an « integrated regionalism » Whereas in the early twentieth century, some areas ¿ mainly in Catalonia and the Basque Country - were struggling to assert their individuality and to show that they differed from Castile, the embodiment of the central government, Extremadura, through ¿the¿ cultural magazine of the time - La Revista de Extremadura - adopted a totally different attitude.
By exalting heritage in all its forms, the publication wanted the central government¿s recognition that, historically, Extremadura has worked for the construction of the national edifice, and thus, the isolation it suffered from and the state of neglect in which it lay, could not be justified.
Marginalized de facto, while, geographically speaking, belonging to a centre it felt historically part of, Extremadura has a dual relationship and a complex towards Madrid, political and administrative centre. Clearly, the construction of a national identity is a debate that arises at the intersection of culture and politics, whereby the regeneration of the country - should it be large or small - could be possible.