Considerada la poeta más importante de la Generación de 1927, Ernestina de Champourcin (1905-1999) vivió la "rara" condición de ser poeta y mujer en una época en que la sociedad no valoraba la lírica femenina. En sus primeros libros, anteriores a la Guerra Civil, Champourcin elaboró un sujeto lírico plural e inestable repartido entre un yo femenino tradicional y otro moderno e independiente. Mediante este recurso amplió las dimensiones de la identidad femenina, centrando su lírica en el amor y en la afirmación metapoética de su escritura. Su poesía desarrolla una tensión violenta entre voces contrarias sin ánimo de renunciar a nada que pudiera ensanchar el alcance de lo femenino y sin armonizar falsamente las contradicciones afectivas vividas por sus compatriotas. Además de perfilar el sujeto poético de Champourcin, el ensayo se ocupa de la primera recepción de su obra y de su aproximación a la vanguardia poética del momento.