La función de Rubén Darío como iniciador y máximo representante del Modernismo hispanoamericano es ampliamente reconocida por la crítica; también lo es el papel fundacional de Juan Ramón Jiménez en la renovación de la poesía española del siglo XX. Lo que no se reconoce con igual convicción, y lo que argumento en este ensayo, es la intensa labor que ambos poetas llevaron a cabo para establecer un discurso poético moderno sin fronteras, pan-hispánico. Sus esfuerzos resultaron en una comunidad de poetas que por primera vez vinculó, con sus correspondientes diferencias, la poesía del trasatlántico hispano.