El campo de estudio de la tragedia griega incluiría por lo menos tres aspectos: el religioso, el sacramental y el político. El mundo contemporáneo ha desterrado casi en forma definitiva al primero, ha restringido notablemente al segundo pero, curiosamente, ha valorizado mucho el tercero. En este trabajo se analizan dos obras argentinas de comienzos del siglo xxi �una de Córdoba, dirigida por Paco Giménez, y otra de Buenos Aires, dirigida por José María Muscari� que retoman el imaginario clásico para revitalizar la concepción del teatro como ágora.