Acceso usuarios
Grajal, un dramaturgo menor contemporáneo de Lope, usa la materia histórica para construir una dilogía de clara intención político-ideológica. Por una parte, la misma estructura bimembre proporciona a Grajal la posibilidad de interpretar la aventura de Cola de Rienzo como una demostración de la fuerza imponderable de la Fortuna, con claras referencias a la situación histórica española entre los siglos XVI y XVII. Por otra, el dramaturgo decide hacer de Nicolao un ejemplo de perfecto gobernante, lleno de virtudes y capaz de restituir a Roma a su posición de caput mundi. En efecto solo un príncipe recto y honrado posee las cualidades necesarias para superar las adversidades de la Fortuna confiando en la Divina Providencia. Aún más, el rigor de la Fortuna constituye un indicio del favor divino, como trata de demostrar la dilogía de Grajal. El gobernante puede llegar a ser un instrumento de la justicia divina, pero solo si es, como Nicolao, un "príncipe justo".
