Laura V. Sández
El concepto de ciencia ligado a un plan de reforma cultural en la España de principios del siglo XX se convirtió durante la era franquista en un instrumento propagandísitico reaccionario. Pío Baroja en 1911 y Luís Martín-Santos, cincuenta años después, conciben dos métodos científicos destinados a mejorar la realidad nacional. Sin embargo, mientras que la "capacidad arrolladora de la ciencia" del racionalismo vital es para Baroja una solución al "problema de España", para el psicoanálisis existencialista de Martín-Santos no resulta más que una huida enajenadora de la verdadera naturaleza del hombre, el ser "para sí", siempre cambiante. Ambas concepciones afectan la técnica narrativa de los autores de forma observable en El árbol de la ciencia y Tiempo de silencio. A partir de una comparación de la función de la ciencia en dos momentos del siglo XX y su relación con "el problema de España", se establece una plataforma de análisis para una contextualización de un texto no substantiva.