Ana Margarita Barandela
La segunda novela del cubano Manuel Cofiño Como la sangre se parece al fuego (1975), cuenta la vida del personaje Cristino, un hombre negro y pobre. Intercalados dentro de la narrativa, sin título que los diferencie, aparecen descritos de forma poética diecinueve dioses de la mitología yoruba, lo que hace que esta novela haya sido catalogada como el exponente más serio de las religiones afrocubanas, en toda la literatura cubana de ficción. A pesar de ello, varios críticos cubanos consideraron que la presencia de los dioses de la santería, servían solo para indicar el colapso de ideas atrasadas contrapuestas a un materialismo revolucionario en el cual la religión no tenía cabida. Contrario a esta opinión, en este trabajo explico la relación que podemos establecer entre los personajes humanos y divinos en la novela. Esta relación está presente, tanto en el orden de aparición de las deidades dentro de la narrativa y su concordancia con los hechos que los anteceden o los suceden como, también, en los pares que podemos construir entre los orishas y los personajes que los representan. Pares que nos recuerdan la relación entre los dioses y sus hijos de santo, los que recrean con su acción, las características y la historia del orisha del que creen descender. De esta manera, llego a la conclusión que, por la mímesis que se produce entre el personaje mitológico y el literario, en esta obra se construye un nuevo sujeto que recrea el mito de la creación yoruba