Este ensayo analiza el género satírico como fenómeno filosófico y cultural ilustrado dirigido a la corrección de los excesos del Romanticismo. Esta tendencia moralista constituye una crítica interna del Romanticismo en autores que, a pesar de vivir y crear sus obras dentro de los límites cronológicos de la generación romántica, son fundamentalmente neoclásicos y aversos a las incongruencias, veleidades y exageraciones producidas por dicho movimiento. Bretón de los Herreros ridiculiza los defectos del comportamiento humano con la finalidad de restaurar el orden de las buenas costumbres y la lógica de las normas sociales. De manera similar, Mesonero Romanos construye su sátira a partir de un mundo desquiciado y atormentado por la sinrazón, del que se mofa y condena. Por último, Leonardo Alenza traslada al lienzo su censura, aviso y recordatorio de un mundo decadente y enfermizo.