Aprender en la sociedad del conocimiento ya no es sólo memorizar datos o procesos, es aprender a aprender; debemos ser parte de las nuevas tecnologías y acortar la brecha generacional, de otra manera no podremos nunca ser guías activos en estos procesos de comunicación, de investigación o retroalimentación. En esta nueva sociedad del conocimiento, el maestro ya no es la fuente, ya que el conocimiento no es estático y las teorías avanzan. Necesitamos un periodo de ajuste para digerir estos cambios y adaptarnos a ellos, pero debemos contagiar a los demás para acelerar el proceso, cambiar nuestros esquemas como profesores. No se trata de saberlo todo, no se trata de solamente enseñar habilidades: tenemos que convertir la educación en un proceso integral de búsqueda, experimentación y uso del conocimiento. La articulación de experiencias ALFIN (alfabetización informacional) en nuestra praxis es la forma de enseñar a la nueva ciudadanía a sobrevivir en una sociedad que muta y se transforma.