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Cincuenta años después de su rodaje, este artículo ofrece una nueva lectura de ¡Bienvenido Mister Marshall! (1952) dirigida por Luis García Berlanga. Para enfocar en las configuraciones del tiempo y del espacio dentro de la película, adopta un marco teórico en el cual se combina el cronotopo de Mijail Bajtín con el trabajo de Michel de Certeau, que hace hincapié en la actividad táctica y temporal de los 'débiles' en los intersticios del espacio discursivo dominante (tanto real como metafórico). Defiende, en contra de aquellos que mantienen que el filme tiene un talante conservador, que sus operaciones paródicas � manifestadas frecuentemente a través de la mímica � subvierten el 'saber' de los grupos dominantes, hecho especialmente evidente en la figura del narrador, omnipresente y panóptico.
