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Matador (1986) incluye una referencia explícita al feminismo, algo insólito en las películas de Pedro Almodóvar: la protagonista María Cardenal, que se niega a encarnar una feminidad ligada a lo materno y concebida como abyecta, se señala como 'problema' para los feministas. De hecho, en la obra de Almodóvar la identidad femenina se vincula inexorablemente con la maternidad, una tendencia que culmina en Todo sobre mi madre (1999). Aunque esta película revela el sufrimiento masoquista que subyace la benevolencia materna (definida de manera tradicional), también maneja el motivo del renacimiento para plantear el cuidado como práctica a través de la cual la abnegación deviene auto-interés. Este nuevo modelo de 'maternidad' puede ser adoptado por todos, no solo por las mujeres; así Todo sobre mi madre ejemplifica una 'ética del cuidado', para recordarnos que la solicitud compasiva es una necesidad humana universal, que requiere una respuesta universalmente humana.
