Este artículo examina las reacciones de dos críticos literarios fabricantes del canon, uno cubano (Manuel Sanguily) y el otro español (Leopoldo Alas, 'Clarín'), frente a la crítica de dos críticos cubanos más jóvenes, Manuel de la Cruz y Emilio Bobadilla. Aunque Sanguily evalúa negativamente a los dos escritores, y Clarín sólo escribe sobre Bobadilla e incluso le alaba, los dos críticos mayores utilizan la misma retórica para cuestionar el impresionismo, la independencia y la afiliación nacional de los escritores más jóvenes. Estos ejemplos de incomprensión son un aspecto importante de la historia literaria de finales del siglo XIX, en el contexto de los últimos años de Cuba como colonia española.