Mediante el análisis de las vituperaciones puestas en sendas voces femeninas en el poema Elena y María, se observa el tratamiento humorístico al que son sometidos los personajes. Se trata, en síntesis, de un juego de escarnio, en el que todos son juzgados y ridiculizados, por lo que resulta imposible afirmar la defensa de una posición específica.